Un gesto silencioso en la cocina puede cambiar tu bolsillo.
Ese gesto no pide obras ni comprar aparatos caros. Se basa en medir, ajustar y observar cómo responde tu frigorífico día a día.
La temperatura que marca la diferencia
El frigorífico trabaja sin descanso. Si le pides más frío del necesario, el compresor alarga sus ciclos y sube el consumo. El punto equilibrado para un uso doméstico se sitúa en 4 ºC en la balda central del frigorífico y -18 ºC en el congelador. En esa franja, la mayoría de bacterias se ralentizan y los alimentos conservan textura.
Pasar de 2 ºC a 4 ºC en la nevera no mejora la calidad de un yogur ni la vida de un tomate. Sí alarga el tiempo de funcionamiento del motor. Una combinación práctica consiste en fijar 4 ºC en el compartimento principal y -18 ºC en el congelador, evitando ajustes “a tope” que solo aportan gasto y verduras semihielas.
Ajusta la balda central a 4 ºC y el congelador a -18 ºC. Evita 0–2 ºC salvo necesidades puntuales.
Los números ayudan a tomar decisiones. Una combi veterana puede rondar 400–600 kWh al año; una moderna, bastante menos. En climas calurosos y cocinas muy expuestas, corregir un ajuste excesivamente frío y salir del “modo súper” cuando no hace falta recorta kWh reales. En muchos hogares se observan bajadas de 10–30 kWh en meses calurosos. Con precios entre 0,25 y 0,40 €/kWh, el ahorro habitual se mueve entre 2 y 12 € mensuales. En escenarios extremos —tarifa cara, verano duro, aparato viejo y consigna muy baja— la cuenta puede acercarse a 20 € al mes.
Cómo ajustar en casa sin complicarte
Empieza por medir de forma fiable. No vale mirar el aire: interesa la temperatura del alimento.
- Coloca un vaso con agua en la balda central e introduce un termómetro.
- Espera 12–24 horas sin grandes aperturas y anota el valor estable.
- Ajusta el selector hasta aproximarte a 4 ºC. Repite al día siguiente.
- En el congelador, busca -18 ºC; por debajo solo pagas más.
- En equipos No Frost, concede algo más de tiempo para estabilizarse.
Un enchufe medidor muestra la realidad: anota consumos diarios una semana y verás la curva bajar al dar con el punto.
Errores que disparan el consumo
- Mete ollas humeantes y sube la humedad: el compresor trabaja el doble.
- Forra baldas o bloquea salidas de aire: el frío no circula y se forman bolsas templadas.
- Puerta que cierra mal: la prueba del papel detecta gomas vencidas.
- Equipo pegado a la pared: deja 5–10 cm para que el condensador ventile.
- “Modo súper” encendido días enteros: úsalo solo para grandes cargas y 24 horas como máximo.
- Congelador con hielo acumulado: el hielo es aislante; en modelos sin No Frost, descongela cuando supere 5 mm.
- Frigorífico casi vacío: añade botellas de agua para estabilizar el frío.
- Ambiente no acorde a su clase climática: revisa la placa (SN, N, ST, T) y evita zonas con sol directo u horno pegado.
Cuánto puedes ahorrar de verdad
El ahorro depende de cuatro factores: consigna actual, edad y eficiencia del equipo, temperatura de la cocina y tus hábitos (aperturas, cargas, “modo súper”). Esta simulación orientativa ilustra órdenes de magnitud.
| Situación | Ajuste recomendado | Ahorro estimado kWh/mes | Ahorro a 0,30 €/kWh |
|---|---|---|---|
| Nunca mediste, nevera a 2 ºC, congelador a -22 ºC | 4 ºC y -18 ºC | 15–30 | 4,5–9 € |
| “Modo súper” olvidado en verano | Desactivarlo tras 24 h | 20–40 | 6–12 € |
| Equipo viejo en cocina muy caliente | 4 ºC y -18 ºC + ventilación trasera | 30–50 | 9–15 € |
En casos muy desfavorables, la combinación de ajuste correcto y buenos hábitos roza ahorros de hasta 20 € al mes.
Si tu factura usa tramos horarios, el efecto se amplifica. Ajustar la consigna y evitar aperturas en horas punta reduce el consumo justo cuando la luz cuesta más.
Seguridad alimentaria sin sustos
La seguridad no se negocia. Mantener el frigorífico por debajo de 5 ºC minimiza el crecimiento microbiano. A 4 ºC, carnes y lácteos se conservan sin forzar el compresor. En el congelador, -18 ºC asegura una congelación doméstica adecuada. Bajar más no aporta calidad perceptible en casa.
- Zona fría: coloca carnes y pescado en la balda inferior para evitar goteos.
- Puerta: reserva para salsas y bebidas; es la zona más templada.
- Verduras: usa cajones; 0 ºC hiela hojas y estropea textura.
- Regla de las dos horas: no dejes comida cocinada a temperatura ambiente más tiempo antes de refrigerar.
- Etiquetado en congelador: anota fecha y gira alimentos para consumir primero los antiguos.
Más formas de recortar el consumo del frío
Un mantenimiento ligero multiplica el efecto del ajuste. Limpia el serpentín trasero dos veces al año con un cepillo. Nivela el aparato para que la puerta cierre sola. Revisa juntas y cambia gomas endurecidas. Si el equipo vibra o hace ciclos muy largos, separa el frigorífico de fuentes de calor y mejora la ventilación.
Piensa también en el reemplazo cuando toque. Un frigorífico con más de 12–15 años puede duplicar el gasto de un modelo eficiente actual. Si tu aparato supera 500 kWh/año y pasas a uno que ronda 180–250 kWh/año, el recorte anual puede superar 250 kWh. A 0,30 €/kWh, hablamos de unos 75 € al año, sin contar el ahorro extra por ajustar bien la consigna.
Checklist rápido para tenerlo siempre a punto
- Termómetro interior sencillo: 5–10 € que despeja dudas.
- Rellena huecos con agua si sueles tener media carga.
- Planifica: cocina y enfría a temperatura ambiente antes de guardar.
- Abre y cierra con decisión para evitar pérdidas de frío.
- Revisa el “modo vacaciones” si te vas varios días y la nevera queda casi vacía.
La energía más barata es la que no se consume: tu nevera bien ajustada trabaja menos y dura más.
Información útil para ir un paso más allá
Si quieres cuantificar tu caso, haz una mini auditoría casera. Anota durante siete días el consumo del enchufe medidor, el número de aperturas en las comidas y la temperatura de la cocina en las franjas más calurosas. Corrige la consigna a 4 ºC y -18 ºC, mejora la ventilación trasera y repite la medición la semana siguiente. La diferencia en kWh te da un ahorro real, sin estimaciones.
Otra vía consiste en gestionar las cargas. Congelar raciones planas acelera la congelación y reduce el esfuerzo del compresor. Organiza la compra para llenar la nevera en bloques, evitando picos al meter todos los alimentos calientes a la vez. Si compartes piso, coloca en la puerta un imán con las dos cifras clave (4 ºC / -18 ºC) y una nota de “modo súper 24 h máximo”; evita discusiones y mantiene la regla a la vista.









