Muchos hogares buscan soluciones rápidas y baratas.
Lo que más se escapa del presupuesto no siempre es la caldera, sino el calor que huye por ventanas, techos y puertas. Con la campaña de Leroy Merlin, que aplica hasta un 40 % de descuento en aislantes y accesorios, muchos ya ven viable sellar su casa en un fin de semana y rebajar el gasto sin tocar el termostato.
Por qué te estás quedando sin calor en casa
El calor se pierde por conducción en superficies frías y por infiltraciones de aire. Si aumentas la resistencia térmica de las envolventes y cortas corrientes, el hogar mantiene la temperatura durante más tiempo. Eso reduce arranques de caldera, picos eléctricos y la sensación de pared helada.
Referencias técnicas usadas por el sector señalan que las ventanas y sus juntas pueden representar en torno a un 20–25 % de las pérdidas en viviendas mal selladas. Las cubiertas y falsos techos se llevan hasta un 25–30 % si falta aislamiento. Actuar ahí primero cambia el juego.
Prioridad clara: tapar fugas de aire antes de añadir centímetros de aislamiento. Cada junta bien sellada equivale a grados de confort sin subir el termostato.
Datos que te afectan a diario
| Zona de pérdida | Porcentaje orientativo | Acción de bajo coste |
|---|---|---|
| Ventanas y marcos | 20–25 % | Burletes EPDM y lámina termoencogible |
| Cajas de persiana | 10–15 % | Espuma, panel rígido y cinta de estanqueidad |
| Falsos techos/cubierta | 20–30 % | Lana mineral 40–60 mm |
| Bajo de puertas | 5–8 % | Burlete tipo cepillo |
| Muros fríos tras radiadores | 3–5 % | Panel reflector aluminio + espuma |
La rebaja del 40 %: qué productos mirar y para qué sirven
El tirón de precio facilita una lista corta que funciona en pisos y casas. Todo cabe en un maletero y no requiere obra.
- Burletes EPDM o de goma: sellan holguras en marcos sin impedir el cierre. Duraderos y discretos.
- Lámina termoencogible para cristal simple: crea cámara de aire, reduce sensación de “pared fría”. Se instala con secador.
- Espuma de poliuretano: rellena huecos en cajas de persiana y encuentros sueltos. Aplicar con moderación.
- Sellador acrílico pintable: juntas en zócalos, marcos y grietas. No amarillea como algunas siliconas.
- Reflectores para radiadores: devuelven calor a la estancia en muros exteriores.
- Lana mineral 40–60 mm: mejora el falso techo del pasillo o habitaciones contiguas a cubierta.
- Bajo de puerta tipo cepillo: corta corrientes en entradas y estancias frías.
Precios orientativos con campaña activa: burletes para 8–12 ventanas (25–45 €), dos kits de lámina para ventanales (18–28 €), cuatro reflectores (12–20 €), espuma y sellador (12–20 €), bajo de puerta (6–12 €), rollo de lana mineral 50 mm (desde 18–22 €). Un lote completo puede moverse entre 90 y 160 €, según superficie.
Invertir 150–300 € en puntos críticos puede recuperarse en uno o dos inviernos intensos, con un plus de confort de 1–3 ºC.
Guía rápida: localiza las fugas en 15 minutos
- Apaga la calefacción una hora y espera a que asome el aire frío exterior.
- Usa una tira de papel o una vela: si vibra junto a un marco, hay infiltración.
- Pasa la mano por cajas de persiana; notarás corriente o temperatura distinta.
- Revisa enchufes en muros exteriores, juntas de zócalos y pasos de instalaciones.
- Mira el bajo de puertas con luz rasante; si entra claridad, falta estanqueidad.
- Toma notas por estancia y crea tu orden de trabajo: primero fugas, luego superficies frías.
Caso orientativo: piso de 75 m² en clima frío
Consumo de gas en temporada (noviembre–marzo): 6.500 kWh. Precio variable medio: 0,09 €/kWh. Gasto energético aproximado: 585 € más términos fijos. Tras sellar ventanas, cajas de persiana y añadir 50 mm de lana mineral en pasillo, el recorte típico se mueve entre el 12 % y el 20 % dependiendo de la envolvente.
Traducción a dinero: 780–1.300 kWh menos, es decir, 70–120 € por temporada. Si calientas con bomba de calor y electricidad a 0,20 €/kWh, una reducción de 400 kWh puede suponer 80 €. La vivienda mantiene el calor durante más tiempo y la caldera o el compresor arrancan menos veces.
Menos ciclos de caldera, sensación de pared templada y noches más estables con el termostato en 20–21 ºC.
Errores comunes y riesgos que conviene evitar
- No tapes rejillas de cocina o baño. Garantizan renovación y evitan acumulación de gases.
- Si tienes caldera atmosférica o estufas de combustión, respeta ventilaciones y considera detector de CO y humo.
- No comprimas la lana mineral. Pierde espesor y capacidad aislante.
- Elige burletes del grosor correcto. Si cuesta cerrar, no sella bien.
- Usa acrílico pintable en interiores y silicona donde toque agua. Evitar mezclas improvisadas.
- Controla la humedad con un higrómetro. Objetivo razonable: 40–60 %. Ventilación cruzada 10 minutos al día.
- Protege vías respiratorias y ojos al cortar lana o usar espuma. Orden y limpieza reducen polvo y fibras.
Si vives de alquiler o no quieres obra
Hay soluciones reversibles que se quitan sin dejar marca: burletes adhesivos, bajos de puerta atornillados al propio cerco, cortinas térmicas, láminas para vidrio, reflectores tras radiadores y tapetas decorativas con cinta de doble cara. El impacto se nota desde la primera noche y te los llevas al mudarte.
Cuándo llamar a un profesional
Si persisten paredes heladas con condensaciones, hay puentes térmicos serios. Un técnico puede insuflar celulosa o lana en cámaras, sellar encuentros con membranas y abordar cubiertas. En espacios grandes, el cálculo de resistencias y el control de condensaciones evita problemas de moho.
Claves que ayudan a decidir la compra
- Empieza por la estancia donde más tiempo pasas. Un salón bien sellado cambia la factura y la sensación térmica.
- Apunta el consumo de la última factura y haz foto al contador. Repite al mes de actuar para medir el efecto real.
- Si el presupuesto es corto, prioriza ventanas al norte y cajas de persiana. El retorno llega antes.
- Revisa el etiquetado de aislamiento: conductividad térmica (λ) baja y espesor suficiente son la combinación ganadora.
Información adicional para sacar más partido
En algunas comunidades existen ayudas a la rehabilitación energética y deducciones temporales por mejorar la eficiencia. Pregunta por actuaciones elegibles en tu ayuntamiento o comunidad de propietarios. A veces basta con justificar la intervención y el material para optar a pequeños apoyos económicos.
Si convives con tarifas variables, prueba un ajuste en la curva de calefacción tras sellar la casa. Baja un grado el punto de consigna durante una semana y registra el confort. En viviendas bien selladas, ese grado menos no se nota en el cuerpo y sí se nota en el contador. Controlar con un medidor de CO₂ y un higrómetro ayuda a encontrar el equilibrio entre ahorro y aire saludable.









